Al oscurecer
la multitud se retira,
se desparrama comentando entre las calles,
se desparrama comentando entre las calles,
ya sin el
ímpetu enardecido
de la mañana
que les
convocó al grito desnudo
de las
consignas socializadas en el salitre
y la
impiedad que reina en el desajuste
de estas
facundias gubernamentales.