Profeso
la obsesión por las esencias,
por
las raíces,
reclamando venas para mi sangre.
reclamando venas para mi sangre.
Porque
siento que me voy deslastrando,
vaciándome,
de
pregunta a pregunta
y
nadie se detiene al llamado,
sino
es para insultarme.
—
¿Será que en la raíz está el pecado?—.