A Sonia, que se quedó para siempre
en el reino de Yemayá*,
su santa madre.
En el abatimiento
de los lóbulos
incita palomas
para salvarse
en una promesa
que revolotea
más allá del horizonte.
Donde imagina
santuarios acogedores
y materiales
beneficios…
Una ola golpea
su vientre
y siente el
vacío húmedo bajo sus pies.
La embarcación
zozobra
ante su
mutismo de alabanza.
Abrazada a la santísima
imagen
no escucha el
desespero
de los que se
debaten contra el destino.
Dolorosamente
iluminada, suelta los ojos,
ya consciente,
de que no
habrá milagro.
Pichy
* Yemayá: Virgen de Regla en la religión Yoruba —Cuba
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