martes, 19 de febrero de 2019

DISCURSO ANTE EL ESPEJO




Víctima en el azogue
examino mi existencia.
He extraviado asombros
entre faldas y alucinaciones
y no consigo resguardarme
—prevaricar esta incógnita
no me protegerá.

No logro referirles mis ayunos
y subsisto del polvo concluyente
de muchas travesías.
Ustedes no me conciben:
¡Obeliscos de sombras!
Voy entre quimeras y espíritus
sin reflejos;
comprender mis dolores
cuesta más de una vida.

Sentidos se quiebran en las nubes,
no logramos brindar nuevo tiempo;
las eminencias no regalan el vino.
Convengámonos sosegados,
para solfear el aire sin flaquezas.

¿Anquilosados de lujuria,
humildes ante los ilustres,
implacables en la pugna:
los discursos nos darán la estirpe
que la indolencia inmola?

¿Cómo se convoca las proyecciones,
si hacen del hombre su rival
con hambre de fiera?

Extraviado entre retóricas
¿quién hace eco de mi protesta?
Nadie preocupa de que la imposibilidad
silenciosamente me desfigure
atascándome en cada exaltación;
nadie, ni un Mesías podría
entender que  me trasluzco,
en los amarres indignado.

Pichy

4 comentarios:

  1. En general tu poema es fuerte, amigo: llevas razón al decir "comprender mis dolores

    cuesta más de una vida." Suele pasar que a veces ni eso, porque nadie vive ni vivirá tus encuentros con lo que te deparó la vida y, sólo tú, sabrás dialogar con ellos. Gracias José: tu madurez ya tiene vuelo. Un gran abrazo

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  2. Muchas gracias, amigo, por tan grato comentario.

    fuerte abrazo

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  3. Hola amigo José. Pasando a disfrutar de tu siempre excelente arte.
    Abrazos.

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  4. Te agradezco la visita, amigo, así como el grato comentario.

    Abrazos

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Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos