El
símbolo de andar desnudo
sobre
transparencias de la sospecha
y atosigarse el olfato con el humo
y atosigarse el olfato con el humo
de
los que circulan penando,
conlleva
a detenerse en la Luna
hundiéndose en la utopía
hundiéndose en la utopía
de
flores rojas y playas azules.
Vivir
a la intemperie
del relámpago a su albor
del relámpago a su albor
sin
diablos ni dioses
interpuestos
entre el milagro
—sin
culpas—
del
nacimiento y el acople que lo fecunda
culmina
la belleza de la vida.
Prendarse
de los crepúsculos
olvidando
los vidrios bajo los pies descalzos
esculpiendo
sonoridades sobre el pecho,
posibilita
la mental ingravidez
donde
el cielo es la poesía.
Pichy
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Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos