A
ratos sorprende
con
su giro estoico
al
aura de la tarde.
A
veces gira
en
infinitas vueltas
recitando,
entre
gestos deshumanizados,
los
místicos
y
reverentes versículos
de
una doctrina
que
enrumba a la oscuridad
—otra
manera del fracaso—.
Pichy
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Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos