A partir de la clausura y la insolencia
exhiben lauros de exangües victorias
sobre la insignificancia de sus doctrinas,
discursan afectadamente las mentiras precisas
que embelesan a los desposeídos
asombrados de la pulcritud de sus tribunas
y la musicalidad de las palabras.
que hicieron de sus versos banderas,
aquellos ilustres esclarecedores
que despertaron pueblos o glosaron
sus dolencias en poemas combatientes.
Hay que emular a Vallejo y Benedetti
para que los parias respiren algo más
que azufre y viejas carencias.
Se necesitan nuevos poetas
enardecidos en revivir la gloria
de los indispensables difuntos poetas
del hambre y la intemperie,
para que ocluyan las débiles voces
de los amanerados pitucos de la concordia
que siguen zurciendo los poemas del alma,
sacrificando al cisne de Darío
junto a las azules pupilas de Bécquer.
Pichy
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos