martes, 22 de enero de 2019

DONDE LA FINITUD SE HACE INFINITA



Es y no es la misma ciudad
del recuerdo que le indujo al retorno,
solo quedan los idénticos residuos
de las murallas —que la nostalgia,
cómplice embellecedora,
le reconstruyó—.

Contempla, absorto en el descalabro,
desde el Cristo de la bahía
a solas con el pasado y la pena,
los cosméticos no remediables;
malamente encubridores
para las despreocupadas vistas
que buscan la aventura
entre la embriaguez y el retozo
con las tersuras de alquiler.

Pocos barcos en el puerto
deslucen cualquier bienvenida.

Ríos de sombras desembocan
en la rada, mugrientos y silenciosos,
con desgano, como quien cumple
un rutinario oficio.

Se debate entre arquetipos de sistemas
que despilfarran la existencia
con las toxinas que los perduran. 
Sostiene una ilusión esférica
donde lo apreciable es inconcebible
porque la finitud resulta infinita.

Piensa en los muchos engendros
que  se disimulan entre las oquedades
de la justicia emancipadora,
en esa efigie soberbia
que se le impone a la ciudad;
para lograr los turistas.    

Pichy

12 comentarios:

  1. El buen decir como tú solo sabes hacerlo. Gracias por embellecer con tu poesía lo que está a punto de desaparecer.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias a ti, amigo. Por la presencia y el ameno comentario. Al desaparecer el G+, desaparecieron todos ñlos comentarios del Blog...así que, ahora, eres el primero en comentarme. Fuerte abrazo, paisano.

    ResponderEliminar
  3. Precioso, amigo. Yo no la hubiese descrito mejor. Hay muchas emociones impregnando este pedacito de tu creaciòn. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Sabes tomarle el pulso a la ciudad con la sensibilidad del poeta. Los turistas a velocidad de vértigo apenas tocan su superfice. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tú sabes interpretar muy bien cuanto escribo, amiga. Además, siempre me alientas con un generoso comentario: qué tanto te agradezco.

      Abrazos

      Eliminar
  5. Lo transmites con esa rabia que da el paso del tiempo y el apercibimiento de lo poco que se puede hacer por revertir los términos. Un abrazo, tocayo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias, amigo, por tan sabio comentario: siempre, con tu atinado decir.

    Abrazos, tocayo.

    Pd- Tengo que ir por tu blog...es que la enfermedad no me deja trabajar mucho, y sabes que en casa no tengo conexión.

    ResponderEliminar
  7. Las grandes ciudades están llenas de prisas, ruidos y demás. Ni los mismos habitantes de ellas llegan a conocerlas bien.
    Te dejé comentario en su día, pero no está.
    Te dejo este otro :)

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, amiga. Es que como no puedo entrar todos los día, no me enteré en que eliminarían todos los comentarios realizados a través de G+...y me quedé sin comentarios en todas las Entradas. Sí, es tal dices.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  9. Siempre un placer disfrutar de tu arte, amigo José.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias, amigo, por el ameno comentario.

    Abrazos

    ResponderEliminar

Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos