Una
fragosidad de excitación rompe el abandono
y califica los roces
y califica los roces
mantenidos
entre las sombras
El hombre que indaga hasta lo conclusivo
El hombre que indaga hasta lo conclusivo
su
sutura de expiración
se amordaza cualquier quejido en un gesto
se amordaza cualquier quejido en un gesto
Callado de vestigios
en
una inclemencia recurrente
en donde el vislumbre
en donde el vislumbre
no
se resigna a su desplome
y
no ciertamente como una centella
sino tal una media exclamación inexacta
Designando pieles que acaecen márgenes
sino tal una media exclamación inexacta
Designando pieles que acaecen márgenes
de
cuchilladas acumuladas
entre
sandeces de la inmadurez
lanzada en las escorias que propician la cólera
lanzada en las escorias que propician la cólera
Una apetencia inacabable y la matriz se abre
proporcionando
lucimiento al origen
Pero torna a cerrarse
Pero torna a cerrarse
desamparada
ante la muerte
Mal concurren las voces —todo es rugido—
la avalancha de sangre anega en las bocas
Mal concurren las voces —todo es rugido—
la avalancha de sangre anega en las bocas
que
infructuosas aspiran suspiros al aire
Desde los cardinales surge la tenebrosidad
Desde los cardinales surge la tenebrosidad
que
ennegrece la tierra
El resplandor subsiste
El resplandor subsiste
al
garete por los imposibles
y
el oxígeno infausto —contaminado—
refuta cualquier mixtura
refuta cualquier mixtura
que
transmute el rugido en canto
El
tiempo agasaja su mortaja
la ternura delata al sentido
la ternura delata al sentido
la
contemplación retrocede a los subyacentes
en
donde el fulgor no acierta su evasiva
y flor y luz son violados
por una precipitación de intuiciones relegadas
y flor y luz son violados
por una precipitación de intuiciones relegadas
—reversos
alucinados de algún sueño—
Tarda
a su antifaz
la
existencia planea su fin
y se concibe subjetiva
y se concibe subjetiva
a
la zaga del pensamiento
El principio —quebrantada apertura—
coqueteó una vez a mi semblante
me apartó y me atascó
El principio —quebrantada apertura—
coqueteó una vez a mi semblante
me apartó y me atascó
para
facilitarle espacio a mi vacío
Apreté mis puños al viento y ególatra
Apreté mis puños al viento y ególatra
igualmente
tiré mi primera argucia
y
me apoderé de un ímpetu a mis cabales
que
a mis adentros me corroe
ante
los vaivenes obligados
por los que arrumbé desnudo y desguarnecido
por los que arrumbé desnudo y desguarnecido
—a
mera verga—
La
procacidad vino a mi piel
y
disfruté de las ajenas —las preferí—
La
neurosis me embriagó a desafiar el mundo
Insanias
me elevaron a hostigadas preguntas
que escarnecieron a mi pecho
que escarnecieron a mi pecho
el
hedor de masacrados desatinos
—pago
doloroso
al
desenfado ante los cánones—
Me postré enmudecido a mi sed
Me postré enmudecido a mi sed
y
me marché paso a paso hasta ganar la edad
de comprender el transitar —sin rasgar quimeras—
de comprender el transitar —sin rasgar quimeras—
cual
un hombre honrado
Pichy
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Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos